Los Conchucos, tal y como lo definen los cronistas, ocupan un amplio territorio enmarcado por la cuenca al sur del río Tablachaca, que vierte sus aguas al océano Pacífico, y las cuencas orientales de la cordillera Blanca, que encauzan sus aguas hacia el río Marañón.
Las cordilleras Blanca y Negra dividen a los Andes en dos franjas longitudinales, paralelas a la costa, denominada callejón de Huaylas y callejón de Conchucos. Aunque el nombre de callejón es muy apropiado para definir a la región de Huaylas, pues es un valle continuo horadado por las aguas del río Santa, no ocurre lo mismo con el llamado callejón de Conchucos, formado por valles dispuestos de manera longitudinal, sin continuidad entre ellos, ya que cada valle corresponde a cuencas hidrográficas que discurren de oeste a este desembocando en el río Marañón. Son las cuencas del Rúpac, Yanamayo y Puchca.
En esta región, cuna de la cultura Chavín, se formó una confederación de aguerridos pueblos que conocemos como Conchucos, que combatieron a los ejércitos incas hasta ser sometidos por Túpac Yupanqui hacia 1470.
La región de Conchucos, al igual que el camino inca que atraviesa su territorio, fue perdiendo importancia paulatinamente durante la época colonial y la República hasta quedar reducido a su nombre a un recóndito pueblo olvidado entre los cerros.
El Cápac Ñan sigue un rumbo noroeste sudeste, paralelo a la cordillera Blanca y al río Marañón, buscando siempre las alturas que permiten una mayor rectitud, frente al serpenteo característico de las modernas pistas y carreteras por las quebradas. Así, las bajadas a los valles se acometen siempre de la forma más directa, para volver a subir inmediatamente a las punas.
Una compleja orografía, "muy doblada en serranías" a decir de los cronistas y que dificulta su accesibilidad, acompaña a un impresionante Cápac Ñan en esta región, repleta de sensacionales paisajes especialmente d ela insuperable cordillera Blanca desde su vertiente oriental, la menos conocida.
Tomado de: "Cápac Ñan. El Gran Camino Inca".
Por Borja Cardelús y Timoteo Guijarro. Lima 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario